viernes, 4 de enero de 2008

Carta a sus Majestades los Reyes Magos


Queridos Reyes Magos:

Hace muchos años que perdí la fe en vuestra existencia, cuarenta quizá, pero hoy necesito creer en vosotros y escribiros una carta que espera ser correspondida.

Sí, ya sé que es egoísmo puro y que no se trata de creer sólo cuando se necesita, pero ésta vez es algo inusual y además prometo portarme bien todo el año 2008.

No os voy a pedir un tren eléctrico que nunca tuve cuando era niño. No os voy a pedir un Scalextric que tampoco recibí. No os voy a pedir un coche teledirigido, no, estas tres últimas cosas me hubiesen hecho una gran ilusión cuando tenia alrededor de trece años pero después comprendí que para mis padres era más importante intentar darme una buena educación que darme una serie de caprichos los que, en cuanto estuvieran en mi poder, perderían su valor para convertirse en un chisme más abandonado en algún rincón de la casa.

Las tres cosas, ya perdida mi fe en vosotros, las tuve indirectamente porque mi hijo sí tuvo la “suerte de portarse bien” y recibirlas en algún San Nicolás, Papá Noel o Reyes Magos, porque hasta en eso han cambiado las cosas.

Mi petición para éste año no es un juguete, es algo más complicado porque se trata de sentimientos:

Quiero recuperar el aprecio de mi hija, es todo.

Os dejo mis zapatos en el balcón, no os asustéis al ver un 42, unas galletas para vosotros y un poco de paja para los camellos.

Con cariño.

Javier.

No hay comentarios: