martes, 7 de agosto de 2007

Como un explorador


El año pasado hubo un buen amigo que en lugar de enviar la típica felicitación de Navidad deseándome lo mejor de lo mejor envió una foto suya con la siguiente inscripción a pie de página:

"Tener la conciencia limpia es síntoma de mala memoria...."

Hace ocho meses y aún estoy dándole vueltas al asunto.

¿Se refería a él?
¿Se refería a mí?
¿Se refiere a un colectivo en particular? ¿A quien?
Amigos, parientes, clientes, enemigos.....

Aún no encontré la verdadera solución y por otra parte si le pido que me lo aclare seguramente quedaré por un "gil".
Mientras tanto el cartelíto sigue colgado en una de las paredes de mi despacho esperando que las musas me envíen la inspiración necesaria para encontrar el "quid de la cuestión".

Me vuelvo hacia mis pensamientos y rindo homenaje al maestro Sabina, por cierto, que por lo único que canta siendo tan excelente poeta, debe ser para no sucumbir de hambre, ¡digo yo!.
En todo caso los poetas en Espa­ña nunca tuvieron muy buena prensa, piensa,
¿cuanta gente lee poesía?.




"Como un explorador" Joaquín Sabina

Después de tanto tiempo al fin te has ido
y, en vez de lamentarme, he decidido
tomármelo con calma.

De par en par he abierto los balcones,
he sacudido el polvo a todos los rincones
de mi alma.
Me he dicho que la vida no es un valle
de lágrimas... y he salido a la calle
como un explorador.
He vuelto a tropezar con el pasado
y he pedido, en el bar de mis pecados,
otra copa de ron.

Estribillo

Y en otros ojos me olvidé de tu mirada
y en otros labios despisté a la madrugada
y en otro pelo
me curé del desconsuelo
que empapaba tu almohada.

Y en otros puertos he atracado mi velero
y en otros cuartos he colgado mi sombrero,
y una mañana
descubrí que a veces gana
el que pierde a una mujer.

Con el cartel de libre en la solapa
he vuelto a ser un guapo entre las guapas
chulapas de Madrid,
sólo me pongo triste cuando alguno,
en el momento más inoportuno,
me pregunta por ti.

Estribillo

Y en otros ojos me olvidé de tu mirada
y en otros labios despisté a la madrugada
y en otro pelo
me curé del desconsuelo
que empapaba tu almohada.

Y en otros puertos he atracado mi velero
y en otros cuartos he colgado mi sombrero,
y una mañana
comprendí que a veces gana
el que pierde a una mujer.

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